Con el fin de mejorar la comunicación alumno-docente, los pictogramas se emplean en el aula, sobre todo para favorecer el desarrollo cognitivo, promover la inteligencia emocional y para explicar las rutinas del día a día mediante un apoyo visual.
En el aula, con más frecuencia de lo que se cree a priori, se suelen dar casos en los que el alumno, sobre todo a edades tempranas, manifiesta dificultad para comprender determinados conceptos. En estos casos, apoyarse de un pictograma puede resultar esencial en el proceso enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo, hacer uso de pictogramas de rutinas infantiles representando la realidad en imágenes, ayuda al niño o niña a entender mejor lo que se espera que haga.
En definitiva, el pictograma es un excelente recurso para captar la atención. Como dice el dicho: “más vale una imagen que mil palabras”. Eso sí, se debe tener en cuenta, que para que el pictograma cumpla su función, debe tratarse de un símbolo gráfico o imagen concisa, ya que la información debe estar plasmada de manera clara y de esta forma, evitar la confusión del receptor.