En las primeras etapas educativas, incluir la robótica tiene como objetivo familiarizar a los alumnos con el uso de los robots para que desarrollen sus habilidades motoras, de coordinación, creativas y potencien el pensamiento efectivo. Además, al trabajar en grupo, se mejorará el clima en el aula, facilitando la comunicación tanto entre alumnos como con profesores. Todo ello, permitirá crear un clima ameno, haciendo que los niños y niñas acudan al aula motivados.
Teniendo en cuenta el informe ‘Programación, robótica y pensamiento computacional en el aula’ elaborado por el INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado), podemos afirmar que la robótica en el aula tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo y social del alumno. Ahora bien, se debe tener en cuenta que los robots en estas primeras etapas deben ser de fácil programación y que no requieran de dispositivos electrónicos para su funcionamiento.
Aplicar la robótica en la educación infantil es un claro ejemplo de aprender jugando, ya que los niños pequeños verán el montaje de robots como una dinámica divertida en un contexto creativo. Es decir, consiste en abordar contenidos de manera práctica, entretenida y motivadora.